
Para viajar en barco hay diferentes opciones según el destino, el tipo de viaje y el presupuesto.
Transporte marítimo: Billetes para desplazarse a islas y países cercanos a España: Baleares, Cerdeña, Sicilia, Italia, Túnez, Marruecos, Gran Bretaña,…
Se puede viajar en camarote o en sillón y llevar el propio coche en el viaje. Algunas rutas tienen barcos rápidos para acortar la duración del viaje.
Cruceros: Son barcos-hotel que realizan una ruta por diferentes puertos de una zona marítima (Mediterráneo Occidental, Oriental, Caribe, Lejano Oriente, …) Los hay de diferentes categorías y tamaños. Desde los más pequeños y lujosos que transportan menos de 500 pasajeros hasta los mastodónticos que llevan más 5000 viajeros más la tripulación. Suelen dar un servicio de pensión completa, diversión en el barco y excursiones en los puertos de la ruta. Acostumbran a viajar de noche para visitar durante el día la siguiente ciudad.
Cruceros fluviales: Es la misma versión del crucero pero adaptada a los ríos navegables. Los más conocidos son los del Rhin y Elba en Alemania; Danubio en Austria; Garona, Ródano, Sena, en Francia; Po en Italia; Volga en Rusia.
Lógicamente son barcos más pequeños que los de mar y tienen una cabida de 200 o 300 personas. Y no disponen de tantos servicios por razones de espacio.
Otra opción muy atractiva son los barcos de río pilotados por los propios viajeros. Adecuados para una familia o un grupo de amigos los hay de diferentes tamaños y plazas. Permiten realizar un recorrido por ríos y canales de una zona durante los días que se contraten.